A Iquitos se puede llegar vía fluvial o vial aérea, pero no hay una carretera que te lleve a ella porque es una isla en medio de ríos y los ríos de la zona del Amazonas, incluyendo el mismo río Amazonas, son tremendamente caudalosos, especialmente en la época de lluvias, de diciembre a abril.
Y esta dificultad de acceso hace que los géneros sean muy caros, poniendo los precios a casi el mismo de Europa y no entiendo cómo pueden permitirse pagar ya que ellos no ganan tanto dinero.
La ciudad en sí, es una ciudad pequeña llena de motocarros que da la sensación de mucha polución por tantísimo tráfico. El bulevar es bonito sí, pero los fines de semana está llenísimo de gente, como cualquier otro en cualquier otra ciudad donde la gente pasea los domingos. Y si buscas a algún extranjero, búscale ahí porque ahí se deben juntar todos, en los restaurantes. A mí no me encontrarán ahí, porque soy extranjera, sí, pero evito todo lo posible juntarme con los turistas. Ellos se juntan cuando viajan porque de alguna forma se sienten más seguros "entre ellos", pero he conocido a muchísima gente viajera que cuando le preguntas sobre las costumbres de los países que han visitado te cuentan unas historietas que habrán leído en algún lugar pero que indudablemente no hablan de su propia experiencia.
Antes de adentrarme en la selva para mi experiencia ayahuasquera, quise conocer un poco la zona. Hace un par de meses leí en un blog que recomendaban visitar "las casas flotantes de Belén" y sigo preguntándome quién escribe tales recomendaciones. Porque casas flotantes se pueden ver por las áreas de los ríos en Iquitos, no solamente en el distrito de Belén. Y es que en esa zona, no solamente te pueden robar lo que lleves, sino que está sumergido en basura. Han vivido siempre así y no se plantean no vivir así porque forma parte de su forma de vida y la peste y la polución ni les molesta. O mejor dicho, no saben que se puede vivir sin esa insalubridad.
Fui con alguien que conocí delante de mi hotel, que cuando era joven fue muy rico porque su riqueza venía de transportar droga y venderla fuera, y comprar armas para la guerrilla. Lo pillaron, le robaron todo y acabó en la cárcel de por vida. Tuvo la enorme suerte de ser uno de los presidiarios que el presidente Fujimori liberaba como gracia una vez al año. Y le tocó a él y desde entonces es libre, pero sin ganas de meterse en más líos. Vive cuidando motos y ganando unos 10-15 soles al día, cuando le va bien.
Me dijo que como estuvo en la cárcel 15 años, es conocido como alguien "peligroso" y nadie se meterá con él, así que me acompañó para "protegerme". Al menos se ganó su comida del día.
Al mercado de ese mismo distrito fui sola porque yo no sabía que supuestamente es peligroso, o eso es lo que me dijeron después, pero me sentí segura, estuve conversando con los vendedores e incluso comí en el mercadillo un pescado a la brasa.
Al día siguiente sí que me comporté como una turista: me fui en un tour con un grupo de turistas. ¿Por qué? pues porque por un lado, es mucho más barato que cuando vas por tu cuenta ya que tienes que viajar en barcas continuamente y si lo haces de forma privada, se te va muchísimo dinero. Además, tienes que pagar entrada a los lugares a donde vas, mientras en un tour ya está incluido. Pero además, es que no tienes que perder el tiempo en ir preguntando cómo llegar a los sitios porque ya te llevan directamente.
Había tres españoles en el grupo, pero a pesar de haberse sentado al comienzo en el bus a mi lado, yo nunca les comenté mi nacionalidad. Me parecieron muy simpáticos, pero aparte de esos primeros 30 minutos, el resto del tiempo estuve con peruanos de diferentes regiones del Perú. De ellos y con ellos puedo aprender más sobre este país, sus costumbres y tradiciones, algo que no necesito aprender de los españoles y si he venido hasta tan lejos no es para juntarme con europeos, sino con autóctonos.
A pesar de no gustarme ser turista, la verdad es que disfruté del día. Los peruanos son abiertos y tienen un sentido del humor que me gusta. Es decir, he disfrutado siendo y comportándome como una turista.
La primera visita fue a una reserva natural, Fundo Pedrito, donde tenían varios animales enjaulados. Triste, pero eso da un dinero que ayuda a mantener la zona. Lo más triste fue ver la jaula de los pollos al lado de la jaula de la boa porque los pollos son la comida de la boa. No me quiero ni imaginar cómo se sentirán esos pollos cada vez que abran la jaula para coger a sus hermanos y meterlos en la jaula de al lado, y luego oír a los suyos pedir auxilio mientras son devorados, sabiendo que su turno puede ser la próxima vez que abran la jaula. Me pregunto por qué no ponen más distancia entre las jaulas para que al menos los pocos días de vida que tengan, que los tengan en paz.
Después visitamos el "Paraíso del Amazonas" que se supone que es un centro de recuperación de animales que han llevado allí heridos y que una vez recuperados, los liberan en un centro natural, pero esa no ha sido mi sensación. Creo que los animales que están ahí, están ahí para siempre. Los monos se dejan tocar, algo que no hacen los animales salvajes y la #anaconda no ataca cuando te la ponen alrededor del cuello porque está domesticada. No la van a liberar. Es más, pregunté por qué tenía la cola cortada y la mujer me dijo que una piraña le había atacado y que por eso la llevaron allí. Sin embargo, le pregunté a nuestro guía después (él no estaba con nosotros durante esa visita) y dijo que los animales los llevan allí cuando son pequeños para poder domesticarlos y que cortaron la cola a la anaconda para demostrarle "quién es el jefe ahí" y así ser pacífica.
Después de comer en el Lodge donde se alojaron varios artistas de Hollywood durante el rodaje de sus películas (aquí se rodó "Predator" por ejemplo), tuvimos que ser testigos de un show de la comunidad Bora, una comunidad indígena originaria de la zona de Colombia que se vino a vivir a la región de Loreto (Perú) hace solamente unos 60 años con el boom del caucho. Y lo digo de la forma en que lo digo porque por un lado me parece penoso que los indígenas tengan que hacer un show de sus bailes todos los días, varias veces al día, para satisfacer la curiosidad de los turistas. Nosotros éramos el último grupo del día, junto con otro grupo más, en total unas 75 personas, y era obvio que lo hacían sin ganas, sin corazón, sin ilusión y más que posiblemente cansados de todo eso.
Pero por otro lado es su forma de propagar la forma de vida de sus antepasados hasta la generación de sus abuelos, ya que ya no viven así ni hacen esos bailes en sus ceremonias, si es que aún las hacen.
Claro, ganan dinero y con ello pueden comprar géneros. Pero es que la civilización está haciendo que necesiten comprar porque durante toda su existencia vivieron sin necesidad de comprar nada, solamente con lo que producían e intercambiaban con otras #tribus. Ahora tienen móviles y una pantalla grande de televisión.
Me encanta estar en la #selva, pero es triste en lo que está acabando todo.
