Cuando éramos niños mis hermanos y sus amigos compraban hachís para fumarse "unos porrillos". Yo veía cómo se comportaban después de fumarlo y pensé que uno se vuelve tonto, así que yo solamente los liaba. Claro, al estar en la misma habitación yo era fumadora pasiva, pero no lo sabía en ese entonces.
Muchísimos años más tarde la vida me llevó por otros derroteros (que yo elegí) y acabé yendo a #México para contactar con chamanes.
Viví en México unos 8 años antes, pero en esa época estuve como voluntaria en una misión católica, y pensar en chamanismo no era en esos momentos parte de mi vida.
Contacté con varios chamanes en México y Guatemala con los que aprendí y compartí lo que yo había aprendido en mis viajes a la India y Nepal. Y estando con esos chamanes alguien me habló sobre una mujer a la que llamaban la Chamana de los Hongos, María Sabina. Me dijeron que ella hacía tratamientos especiales para curar a la gente usando hongos o setas. Ella ya había fallecido pero su nieto había aprendido de ella y seguía su tradición.
Decidí ir a ver qué podría aprender de ello.
Con la palabra "nieto" yo me esperaba encontrar a alguien joven, pero allí todos tienen hijos desde muy jóvenes y este hombre ya tenía más de 50 años. Dicen que María falleció con 91 años, pero su familia dice que tenía más de 100 años.
Su nieto me dijo que para curar, él entra en trance y va a la "otra dimensión" para encontrarse con el alma de la persona que ha tomado el hongo y allí hacer la curación. Tomé el hongo, entré en trance y fue una meditación profunda... eso fue todo. Claro, yo no tenía nada físico que curar, pero yo "no le vi" en la dimensión en la que yo estaba.
Ese día que tomé el hongo se presentaron otras dos mujeres jóvenes que ya habían tomado hongos antes. Durante la ceremonia una pensó que era un tigre y se pasó las dos horas gruñendo. La otra se enfrentó a algún problema personal y se pasó las dos horas llorando. Cuando yo salí del trance (porque el chamán dijo de acabar), un hombre que estaba allí observando se alegró de que yo me moviera y dijo que pensó que yo podría haber fallecido porque no me moví ni medio segundo en todo ese tiempo. Dijo que él había observado muchísimos rituales de hongos, pero nunca vió a nadie que no se moviese.
La meditación, como meditación, estuvo bien. Pero como ritual, no pensé que fuese especial.
Pasó el tiempo, muchos más años y muchísimas más experiencias en mi vida, y llegó el momento en que decidí darme con los hongos una segunda oportunidad. Volví a la sierra mazateca pero esta vez quería hacerlo con alguien diferente, con otra abuela. Cuando llegué a la casa de esa abuela, resultó que estaba enferma de cáncer y acababan de llevársela a la ciudad de México, donde la internaron en un hospital (ella falleció un par de meses después). Una de sus hijas, en su treintena, me ofreció hacer un ritual conmigo. Ella había ayudado a su madre desde que era niña y cuando su madre no estaba allí, era ella la que hacía los rituales.
Así pues, hice ese ritual, muy diferente al que hace el nieto de María Sabina. Ella cantaba cánticos espirituales, tenía un altar grande y siempre estaba ahí. Esa noche, tras tomar los hongos, lo único que vi fueron colores psicodélicos... "puff" pensé "¿para esto?". Eso no era el motivo por el que yo tomaría hongos, o Niños Santos, como les llaman allí.
Al día siguiente me fui al cerro sagrado donde se hacen rituales y es un lugar con una energía muy especial. De camino, estaba la casa de María Sabina. Entré a saludar y su nieto me invitó a hacer un ritual con él (pagando, claro). Me quedé esa noche (todas estas ceremonias siempre se hacen cuando cae el sol).
Cuando hice el ritual con él unos 17 años antes, al menos en esa ocasión estuvo con nosotros todo el tiempo, pero en esta ocasión me dió los hongos, y después de hacerme "una limpia" con hojas e incienso, se marchó. No más rezos, nada. Se volvió a presentar un par de horas después, cuando yo ya había vuelto del trance y me preparaba para irme al camastro.
(Este es el link donde publiqué parte de esta experiencia con los chamanes. Solamente la primera parte del vídeo, unos 8 minutos) https://www.youtube.com/watch?v=trK_1LyxAB4
Esa noche volví a ver los colores y formas psicodélicas. Pero de repente se me presentó un jaguar que se puso a mi lado amigablemente y le siguieron otros animales, entre ellos un elefante, y no hay elefantes en México, pero eso debe ser por mi conexión con la India.
Cuando al día siguiente bajé al pueblo de Huautla de Jiménez con la chamana y le conté mi visión, me dijo que eso significaba que el jaguar, animal sagrado por excelencia para los #chamanes de la selva latinoamericana, me había dado la señal de que me habían abierto la puerta para entrar en la otra dimensión. Y me recomendó hacer otra ceremonia.
Así que volvimos a hacer otro ritual, pero esta vez yo no entraba en trance. Me había "tragado" todos los hongos que ella tenía y ya no había más. Me dijo que tenía unos Niños Santos secos en una habitación y que me daría esos, a ver si hay suerte. Y la hubo.
Después de tomar apenas uno solo de esos hongos entré en trance rápidamente. Se me presentó un guía espiritual que me preguntó qué quería saber. Se lo dije, y me "instaló un aparato" en el cuerpo para ayudarme cuando quiera trabajar con ese tema. Entonces desapareció y yo, contenta por haber logrado obtener respuesta a mi pregunta, intenté levantarme. Pero en ese momento la chamana comenzó a cantar otro cántico espiritual. Esos son cánticos católicos que, por supuesto y siendo española, yo conocía perfectamente. Así que mentalmente me puse a cantar con ella, pero solamente unos segundos porque entonces entré en trance otra vez.
Ahora se me presentó otro guía diferente que me preguntó qué más quería saber. Se lo pregunté, me contestó y me "colocó otro instrumento" en mi cuerpo para que cada vez que yo tenga ese tipo de preguntas lo utilice y encuentre la respuesta por mí misma, y se marchó. Más contenta aún porque ahora tenía la respuesta a dos de mis dudas, intenté levantarme otra vez.
La chamana comenzó a cantar otro cántico. Yo seguí mentalmente ese cántico unos segundos... y volví a caer en trance. Otro guía vino. Otra pregunta. Otra respuesta y la colocación de otro instrumento en mi cuerpo... y así se fue repitiendo durante las dos horas que duró la ceremonia hasta que la #chamana decidió que había que acabar porque se hacía muy tarde ya, puesto que la primera hora fue intentando solamente que a mí me hicieran efecto los Niños, y luego, viendo que yo estaba en trance, me dejó estar otras dos horas.
Me dijo que había hecho muchísimas #ceremonias, pero pudo comprobar que yo tengo control sobre mi energía y lo que me sucede, a pesar de todo, porque lo normal es que la gente tenga alguna reacción física como llorar, saltar, gritar, hacer gestos, incluso vomitar en algunos casos. Y yo estuve ahí quieta todo el tiempo.
He de decir, que finalmente, me encantó. Desgraciadamente, no escribí nada y con el tiempo se me olvidó lo que me dijeron y los instrumentos que me colocaron. Solamente recuerdo uno de ellos porque me hizo mucha gracia:
Yo le pregunté qué podía hacer para mejorar mi #clarividencia, para ver más allá de lo que se ve a simple vista y más allá del tiempo. Me dió instrucciones, y entonces me colocó un catalejo (ese instrumento óptico para ver a larga distancia que consiste en un tubo, generalmente extensible, con una lente en cada extremo, que se utilizaba especialmente en los barcos para observar el mar y ver si alguien venía) en mi tercer ojo. Me lo colocó y me explicó cómo utilizarlo, pero la idea me hizo tanta gracia que no estoy segura de haber prestado mucha atención a los detalles.
A tener en cuenta, de que yo creo firmemente en la no-dualidad, es decir, que no estamos separados los unos de los otros y todos somos, en el último nivel, uno solo. Y por lo tanto al hablar de los guías espirituales que se me presentaron en realidad eran yo misma en diferentes aspectos, dependiendo de la pregunta que yo iba a realizar. Y como mi Ser Superior interior, lleno de sabiduría, sabía qué iba a preguntar (aunque mi lado consciente no lo sabía aún), el "guía espiritual" que se me presentaba en cada ocasión, era "casualmente" un o una experta en el tema que íbamos a tratar y venía ataviada y con el instrumento correcto que yo iba a necesitar para esa pregunta.
Dos años después, ahora voy a probar con la Ayahuasca en Perú. No quiero crear altas expectativas pero estaré abierta a lo que suceda y si no sucede nada, será porque así tendrá que ser para mí. Pero en esta ocasión escribiré lo que recuerde de lo que me suceda durante la ceremonia para asegurarme que no se me va a olvidar. Claro, como no tengo experiencia en el tema, lo mismo estaré demasiado atontada como para hacer nada, pero ya veremos qué pasa.
Porque esta experiencia que tuve con los hongos fue maravillosa y muy significativa... pero si me olvido de lo que pasó, no hay uso de ello.
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